Prácticas Estoicas

El estoicismo es una doctrina filosófica o filosofía de vida que nos proporciona varias herramientas que, si bien no van a solucionar todos nuestros problemas, sí nos van a permitir hacer nuestra vida mas fácil y llevadera. En este artículo resumo 12 prácticas con las que iniciarse en el estoicismo.

Desde hace unos meses ha ido creciendo mi interés por esta filosofía de vida, ni mejor, ni peor que otras, pero que se adapta muy bien a mi forma de ser. El primer libro que leí fue El arte de la buena vida: Un camino hacia la alegría estoica de William B. Irvine, un texto perfecto para iniciarse.

Estas prácticas las obtuve del libro Cómo ser un estoico de Massimo Pigliucci, están muy resumidas, tal vez demasiado, pero la idea es que sean una referencia para su consulta, como recordatorio. Recomiendo encarecidamente leer ambos libros si se quiere indagar un poco más en esta maravillosa forma de vida.

No es necesario hacerlas todas, es mas, me parece muy complicado llegar a ese nivel, pero si es recomendable elegir 3 o 4 y practicarlas conscientemente. Algunas se adaptan mejor que otras a nuestra forma de ser. Desde mi punto de vista, la mas importante es la última, escribir un diario estoico.

Examinar nuestras impresiones

¿Esto es algo que está o no bajo mi control?” (Dicotomía del control) Si no es algo que controlas, estate preparado con la reacción “Entonces esto no es de mi incumbencia”.

Recordar la fugacidad de las cosas

Cuida y aprecia mucho lo que tienes ahora porque el destino te lo puede quitar mañana. La actitud correcta es aprender de la experiencia, no obcecarnos en decisiones que ya no podemos alterar.

La cláusula de reserva

A veces las cosas no saldrán bien, aunque hagamos todo lo posible. Interioriza tus metas, es decir, piensa que tu objetivo es hacer las cosas lo mejor posible en vez de conseguir algo concreto como por ejemplo, ganar un partido de tenis.

¿Cómo puedo usar la virtud aquí y ahora?

Cada desafío de la vida es una oportunidad perfecta para mejora la autosuperación. Autocontrol, aguante y paciencia.

Hacer una pausa y respirar hondo

Si alguien tiene éxito en provocarte, date cuenta que tu mente es cómplice de la provocación. No respondas impulsivamente a las impresiones; tómate un momento antes de reaccionar.

Alterizar

Vemos las cosas de forma diferente cuando algo ha afectado a otras personas y cuando el mismo hecho nos afecta a nosotros. En vez de ser autoindulgentes, haríamos mejor en recordar cómo reaccionamos cuando una pérdida similar afligió a algún conocido.

Hablar poco y bien

Evita los cotilleos vacíos y recuerda que si alguien quiere un consejo, te lo pedirá. Los juicios de valor y las comparaciones son odiosas.

Elegir bien la compañía

Presta atención a con quien pasas el tiempo y por qué. Intenta estar con amigos que son mejores que tú, de manera que puedas aprender de ellos.

Responde los insultos con humor

Si no se te ocurre nada gracioso, simplemente cállate, pero no te enfades ni ofendas, trata de aprender del insulto.

No hablar demasiado de uno mismo

Nadie quiere oir a una persona que no hace más que hablar de sí misma. No somos tan interesantes como nos imaginamos.

Hablar sin juzgar

Distingue entre los hechos y las valoraciones. Compasión y empatía.

Reflexionar sobre el día

Todas las noches evalúa cada uno de los hechos importantes del día y reflexiona si has hecho bien o mal. Recuerda lo malo para no repetirlo y alégrate por lo bueno. Escribe un diario con las reflexiones.